Edición 175 – Otra comprensión
Con la ayuda de OCT, surge en el bajo sur una nueva forma de relacionarse con el medioambiente
23 de enero de 2015
Con la ayuda de OCT, surge en el bajo sur una nueva forma de relacionarse con el medioambiente
23 de enero de 2015
texto Livia Montenegro
foto Almir Bindilatti
En el campo, lo que más le seduce a Francisca Antônia de Araújo, 48 años, es el olor de la tierra mojada y el canto de los pájaros. Residente de la comunidad Juliana, en Piraí do Norte (BA), uno de los cinco municipios que componen el área de Protección Ambiental (APA) de Pratigi, ella defiende la conservación de la naturaleza. “Necesitamos cuidar y preservar el medioambiente. Solo de esa forma conseguiremos cambiar el futuro de nuestra región”, afirma.
Francisca cuenta con el apoyo de la Organización de Conservación de la Tierra (OCT), que actúa en el APA de Pratigi e impulsa tres iniciativas: conservación ambiental, reforestación y conservación productiva. “Nuestro objetivo es desarrollar un modelo práctico para el tratamiento adecuado de los elementos de la naturaleza, de sus flujos de vida. Eso significa establecer formas seguras para promover la sostenibilidad”, puntualiza Joaquim Cardoso, Presidente del Consejo Deliberativo de OCT. La institución forma parte del Programa de Desarrollo y Crecimiento Integrado con Sostenibilidad del Mosaico de áreas de Protección Ambiental del Bajo Sur de Bahía (PDCIS), fomentado por la Fundación Odebrecht y asociados.
érico Araújo, 23 años, es uno de los técnicos de OCT. él lideró el proceso de orientación de Francisca. Formado en la Casa Familiar Rural de Presidente Tancredo Neves (CFR-PTN), unidad de enseñanza vinculada al PDCIS, no oculta su satisfacción de colaborar con el desarrollo local. “Me siento realizado, pues mi objetivo siempre fue transferir conocimiento a los que no tuvieron acceso a una educación destinada al campo”, enfatiza.
Francisca considera que ese apoyo es fundamental y contribuyó con el cambio de sus pensamientos y actitudes. “Antes, yo destruía el bosque, mientras que hoy, tengo lo que preciso aquí en mi campo. Siento orgullo porque todo lo hice con mis manos”, asegura.
En su propiedad, plantó eucalipto como estrategia para disminuir la demanda por madera y evitar la deforestación. Además, aprendió a hacer abono orgánico ecológico y plantó, en una hectárea, diferentes cultivos, como caucho, cacao, banana y guanábana, por medio del método conocido como Sistema Agroforestal (SAF).
“El SAF fue propiciado de forma gratuita, para garantizar ingreso a los agricultores que destinan parte de su tierra a la conservación ambiental”, explica Volney Fernandes, Director Ejecutivo de OCT. Francisca completa: “Antes, para que me asesoraran, yo necesitaba pagar y usaba productos químicos. Ahora yo mismo preparo el abono. Eso produjo cambios en la calidad de los cultivos, además de ahorro de insumos e incremento del ingreso”, dice.
Ella pretende ir más allá y sueña con implantar una reserva Particular del Patrimonio Natural (RPPN). “La RPPN se crea en área privada, por acto voluntario del propietario y promueve la conservación de la diversidad biológica”, explica Fernandes. Para iniciar el proceso, faltan solo algunos documentos de la propiedad de Francisca. “Mi único objetivo es crecer y desarrollarme siempre más, con el compromiso de respetar a la naturaleza”, subraya, en tono jubiloso.
Acciones sinérgicas
A unos 20 km de la propiedad de Francisca, vive Jairo de Sousa, 36 años. Morador de la comunidad Vale do Riachão, en Igrapiúna (BA), él cree en la fuerza de la sostenibilidad a la que se accede por medio del conocimiento. “El aprendizaje genera cambios, y hoy sé cuál es la forma correcta y armónica de trabajar”, comenta.
Jairo participa del Programa de Pago por Trabajos Ambientales (PSA), una de las iniciativas de la OCT, por medio de la cual contribuye para la conservación del medioambiente. “Reforesté una naciente que tengo en mi propiedad y aprendí la importancia de convivir en armonía con la naturaleza. Además, tengo un SAF que refuerza mi ingreso mensual”, añade.
En la tierra de Jairo, que tiene certificación socioambiental concedida por la OCT, él también cultiva pupuña y es uno de los socios de la Cooperativa de los Productores de Palmito del Bajo Sur de Bahía (Coopalm). “Tenemos todo para desarrollarnos en el campo”, sostiene. En el día a día, cuenta con la ayuda de su esposa Genilda Souza, 30 años, que estudió en el Colegio Casa Joven, institución que pertenece al PDCIS, del mismo modo que Coopalm. “Todo lo que aprendí se lo transmití a mi marido. Trabajamos juntos para un futuro mejor”, afirma Genilda.
Asociación para el crecimiento sostenible
Empresas de la Organización Odebrecht también están contribuyendo con acciones de protección ambiental fomentadas en el Bajo Sur de Bahía. Entre ellas, Odebrecht óleo & Gás, que neutralizó las emisiones de 630 toneladas de carbono (CO2) de las oficinas localizadas en Macaé (RJ) e Itajaí (SC). Para eso, se plantarán más de tres mil mudas de árboles y se recuperarán tres nacientes en las propiedades de agricultores familiares, por medio del programa Carbono Neutro Pratigi, también coordinado por la OCT.
“Creamos una oportunidad, a partir de un proyecto socioambiental, haciendo que todos se sientan responsables de contribuir”, asegura Renan Kamimura, Líder de Conservación Ambiental de la OCT.
Como forma de compensar el CO2 emitido durante las ceremonias de entrega del Premio Odebrecht para el Desarrollo Sostenible en las ediciones de 2011 y 2012, se plantaron más de 570 mudas. Para el cálculo de la emisión, se consideran ítems como energía eléctrica, transportes utilizados por los invitados y consumo de agua.
La recuperación de más de 155 hectáreas con especies nativas de la Mata Atlántica y la recuperación de 60 nacientes ya permitieron la neutralización de más de 32 mil t de carbono en el APA de Pratigi.
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