Día Mundial del Agua: actitudes que hacen la diferencia

Morador de la localidad Mata do Sossego, en el municipio bahiano de Igrapiuna, Manuel Cardoso cuida de la naciente del Río Vargido, en su propiedad

12 de abril de 2013

Morador de la localidad Mata do Sossego, en el municipio bahiano de Igrapiuna, Manuel Cardoso cultiva diversas plantaciones, como guaraná, clavo, caucho, entre otras, y además trabaja como agente comunitario de salud. Pero es la naciente del río, localizada en su propiedad, la que lo motiva a fortalecer su rol como ciudadano, todos los días: “Sé la importancia que tiene su conservación, cosa que hago, principalmente, para contribuir con el bienestar de mucha gente”.

Lo que Manuel dice es correcto. El agua que brota de su naciente – Río Vargido, afluente de la cuenca hidrográfica del Río Juliana – sigue para la cascada de Pancada Grande, localizada en el Área de Protección Ambiental (APA) de Pratigi, con una caída de agua de 65 metros y rodeada por una densa vegetación. De la cascada, el afluente sigue hacia la frontera de los municipios de Igrapiuna e Ituberá, y desemboca en la región del estuario, donde las principales actividades productivas son la pesca y la acuicultura. “Siento que soy uno de los responsables para permitir que el río siga siempre este recorrido”, cuenta, feliz, el agricultor.

En lo que se refiere a la conservación del agua, Manuel es un ejemplo. Para seguir estimulando acciones como la del agricultor, en 1993, la Asamblea de las Naciones Unidas eligió el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua. La propuesta ambienta la reflexión sobre la importancia del recurso natural y para pensar maneras de evitar su escasez. Desde entonces, se realizan iniciativas en todo el mundo. Una de ellas establece el 2013 como el Año Internacional de la Cooperación por el Agua. En Brasil, la campaña fue lanzada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) junto a la secretaría del Programa Hidrológico Internacional, en diciembre del año pasado.

A efectos de mantener su espíritu de contribución a favor del medioambiente, Manuel fue invitado por el equipo de la Organización de Conservación de la Tierra (OCT) para participar del proyecto Pago por Servicios Ambientales (PSA-Agua). El agricultor pasó a recibir una remuneración por permitir que técnicos de la OCT realicen trabajos en su propiedad para la conservación de la naciente, así como para orientarlo en relación a los métodos más adecuados. “Con el conocimiento que vengo adquiriendo, puedo influir, más fácilmente, en los colegas y vecinos respecto a la importancia de vivir respetando la naturaleza”, aseguró.

La OCT es una de las instituciones vinculadas al Programa de Desarrollo y Crecimiento Integrado con Sostenibilidad del Mosaico de APAs del Bajo Sur de Bahía (PDCIS), que tiene el apoyo de la Fundación Odebrecht en asociación con el poder público y la iniciativa privada, y actúa en el ámbito ambiental.
 

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