Dueño de su proprio negocio

La relación con la tierra tiene una larga historia. Desde los 12 años, Marcelo Roma está en contacto con el campo. Hijo de agricultor, a los 23 años, el joven ya diseñó su camino

18 de junio de 2013

La relación con la tierra tiene una larga historia. Desde los 12 años, Marcelo Roma está en contacto con el campo. Hijo de agricultor y morador de la comunidad de Gendiba, ubicada en el municipio bahiano de Presidente Tancredo Neves, a los 23 años, el joven ya diseñó su camino: “Soy un empresario rural y tuve la oportunidad de cambiar mi historia. Es el momento de concentrarme en el trabajo y en el desarrollo del campo”, cree.

Marcelo es exalumno de la Casa Familiar Rural de Presidente Tancredo Neves (CFR-PTN), institución vinculada al Programa de Desarrollo y Crecimiento Integrado con Sostenibilidad del Mosaico de Áreas de Protección Ambiental del Bajo Sur de Bahía (PDCIS), fomentado por la Fundación Odebrecht y asociados públicos y privados. En 2012, concluyó la habilitación técnica en Agropecuaria integrada a la Enseñanza Media, formación basada en la Pedagogía de la Alternancia: una semana en período integral, con aulas en sala y en el campo, y dos semanas en la propiedad de su familia, aplicando los nuevos conocimientos. Durante los tres años en la CFR-PTN, aprendió sobre administración rural, cooperativismo, manejo de suelos, riego, drenaje, además de los más diversos cultivos.

En el segundo año de formación, el joven desarrolló dos proyectos educativoproductivos focalizados en el plantío de banana y mandioca. “Trabajaba en
sociedad con un estanciero de la región, porque el área de mi familia es pequeña, solo dos hectáreas ocupadas casi completamente”. Los insumos necesarios
para el cultivo fueron suministrados con el apoyo del Programa Tributo al Futuro.

Marcelo fue superando los obstáculos que surgían. “En el segundo plantío, amplié mis proyectos reinvirtiendo los recursos del primero: el cultivo de banana aumentó de una a tres hectáreas y el de mandioca, de una a cinco. Mi sueño siempre fue trabajar en la agricultura, pero antes de ingresar a la Casa no tenía estímulo, porque no era rentable”.

Las plantaciones le garantizaron un retorno financiero. Pero, la falta de tierra siguió siendo un obstáculo hasta que una iniciativa de la CFR-PTN, asociada a la Cooperativa de Productores Rurales de Presidente Tancredo Neves (Coopatan), a la cual está asociado y también integra el PDCIS, le permitió ampliar los cultivos. El Fondo de Acceso a la Tierra (FAT) es un mecanismo que busca proporcionar asistencia financiera a pequeños productores para que tengan condiciones de cuidar sus proyectos agrícolas y puedan vivir exclusiva e integralmente de su ingreso generado en el campo. Al principio, siete jóvenes fueron contemplados por el fondo y son apoyados para adquirir tierra. Marcelo es uno de ellos.

En tres meses, el joven superó las metas, anticipando sus plantaciones. “Me excedí en mi presupuesto y decidí invertir lo que tenía. Con el apoyo de un socio, que también estudió en la CFR-PTN, estamos trabajando para un futuro mejor. Queremos mostrar al mundo que no sirve de nada tener preconceptos contra los productores rurales. Nosotros movemos a la ciudad, movemos al mundo”, resalta.

El joven ahora hace planes de finalizar la plantación y adquirir nuevas áreas para mejorar su ingreso, que actualmente es de cerca de R$ 2 mil mensuales, con los cultivos desarrollados en tierras de terceros. “Me gustaría que el joven agricultor tuviera más oportunidades, como la que tuve yo. Una oportunidad de cambiar la historia. Realicé el sueño de tener una propiedad, que puedo decir que es mía. Mi foco está acá, porque soy el dueño de mi negocio”, asegura.

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