Odebrecht Informa

Edición 161 – Senderos hacia nuevos mundos

Circuito Turístico Ecoétnico: un nuevo vector de desarrollo para el Bajo Sur

1 de agosto de 2012

texto: Gabriela Vasconcellos
fotos: Almir Bindilatti

Los aromas se confunden en medio de las bellezas de la Mata Atlántica: árboles de tangerina y canela inundan el aire y tornan el sendero aún más exuberante. A cada paso surgen árboles centenarios, acompañados por cultivos de dendê y piaçava, característicos del Bajo Sur de Bahía. En este escenario se inicia el Circuito Turístico Ecoétnico, que el Instituto de Desarrollo Sustentable del Bajo Sur de Bahía (Ides) está estructurando en la región.

Juvenal Divino: “Mientras camino por el campo, comento sobre las diferentes culturas”

La propuesta es que los visitantes sean recibidos por agricultores como Juvenal Divino, que vive en la comunidad de Rio das Matas, localizada en Taperoá (BA). El pequeño agricultor guía, hace cuatro años, a grupos interesados en conocer las costumbres de la población rural. “Mientras camino por el campo, comento sobre las diferentes culturas, mostrando mi conocimiento en la práctica”, explica. Para Divino, el turismo es una oportunidad de incrementar el ingreso de su familia. “Recibo un jornal, además de propinas”, bromea.

Al final del recorrido con el agricultor, surge un regalo: el Río das Almas, que corre sin prisa por los municipios bahianos de Taperoá y Nilo Peçanha. En sus aguas, los turistas todavía pueden practicar canoping y rafting (descenso con botes inflables por los rápidos). El primero de los tres días de viaje previstos en la excursión, que se realiza en sociedad con la Agencia Ativa Rafting e Aventuras, termina en la posada Rio das Matas, donde se duerme escuchando el canto de los pájaros. Al amanecer del segundo día, es hora de comenzar a vivenciar la cultura local de Nilo Peçanha (ubicada a 284 km de Salvador). La primera parada es en la sede de la Cooperativa de las Productoras y Productores Rurales del Área de Protección Ambiental de Pratigí (Cooprap), que comercializa artesanías, escobas y biojoyas fabricadas con fibra de piaçava por los habitantes de la región. Al igual que el Ides, Cooprap es una institución vinculada al Programa de Desarrollo Integrado y Sostenible del Mosaico de Áreas de Protección Ambiental del Bajo Sur de Bahía (PDIS), apoyado por la Fundación Odebrecht.

El viaje continúa. En la comunidad quilombola de Jatimane, los turistas tienen la oportunidad de conocer un poco más sobre la rutina de los trabajadores de la zona rural, como es el caso de Miltaides do Rosário, nacido y criado en el lugar. Dueño de un restaurante a orilla del Río Jatimane, Miltaides ofrece paseos en canoas y visita a las cascadas. “Organizando el turismo, sé que vamos a crecer. Ya recibí consultores del Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas –Sebrae-, para elaborar un diagnóstico e identificar nuestras necesidades”, relata.

Según Márcia Mattos, Líder de la Alianza Cooperativa de Turismo de Ides, ese ha sido el rol de la institución. “Apoyamos a las comunidades para que articulen sociedades que contribuyan para el perfeccionamiento del Circuito Ecoétnico. Buscamos cursos de calificación profesional y el apoyo para la comercialización. La idea es que podamos realizar las adaptaciones a efectos de atraer a más personas”, añade.

La asociación con el Sebrae se inició en 2011, cuando el Proyecto Talentos del Brasil Rural seleccionó el Circuito Ecoétnico. La iniciativa resulta de la integración entre los Ministerios de Desarrollo Agrario, Turismo, Medioambiente, además de Sebrae y de la Agencia de Cooperación Alemana, que impulsa la inserción de productos y servicios de la agricultura familiar en el turismo.

Zenilda do Rosário, que también vive en Jatimane, ya cuenta con el apoyo de Sebrae. La marisquera, además de participar de cursos de capacitación, recibe consultoría para su restaurante Quilombola Pedro Sorriso, que tiene ese nombre en homenaje a su marido. Tras la consultoría, realizó cambios en la estructura y en la organización del establecimiento. “Aprendí un poco en cada reunión. Nos estamos convirtiendo en referencia para la región. Son muchos los que vienen de otros parajes para almorzar”, dice Zenilda, que fue invitada por Sebrae para compartir su experiencia en un evento en Rio Grande do Sul. “Allá voy a hablar sobre mis especialidades: pirón, pez ahumado y cocido.”

Después de degustar los platos elaborados por doña Nida, como se la conoce, el segundo día del itinerario finaliza en la Playa de Pratigí, ubicada en el municipio de Ituberá (BA). Con cerca de 15 km de extensión, se trata de una playa casi desierta, que apenas tiene algunas cabañas.

Una nueva mirada
Para seguir descubriendo la cultura local, en el tercer y último día, el turista tiene la oportunidad de visitar la sede del grupo folklórico Zambiapunga, para tomar clases de percusión, con el grupo Olopunga, y de capoeira con el grupo Capoarte. “Nos unimos por el Bajo Sur, aquí mostramos nuestras tradiciones. Era nuestro sueño, que ahora se transforma en realidad”, destaca Walmorio do Rosário, Presidente de Zambiapunga de Nilo Peçanha.

Según Liliana Leite, Directora Ejecutiva de Ides, el Itinerario de Turismo Ecoétnico es el primer paso para consolidar una práctica diferenciada. “El turismo de sol y playa ya se afirmó en la región. Necesitamos acercar los visitantes a la cultura local y fortalecer el protagonismo comunitario, con el desarrollo de una consciencia que trae como base estructurante la sociobiodiversidad”, señala. “Buscamos una convivencia armónica con la naturaleza, preservando la identidad cultural en el marco de un proceso productivo y sostenible para, de esa manera, consolidar el Agro ecoturismo y proporcionar un ingreso complementario para la unidad-familia”, agrega.

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