Por la conservación de los recursos naturales

Organizados en cooperativas, los agricultores mantienen el compromiso de adoptar prácticas sostenibles

5 de agosto de 2013

 Cuidar el Medioambiente y conservar los recursos naturales, de forma sistemática e integrada, generan resultados significativos para todos. Es lo que piensa la totalidad de los socios de la Cooperativa de Productores de Fécula de Mandioca del Estado de Bahía (Coopamido), con sede en el municipio de Laje, a 103 kilómetros de la capital Salvador.

“Desde que se creó, hace cuatro años, la Coopamido asume la premisa del cumplimiento de la legislación ambiental y actuación mediante un modelo sostenible de negocio, que agrega productividad y responsabilidad social”, asegura Jairo Souza, presidente de la Cooperativa – vinculada al Programa de Desarrollo y Crecimiento Integrado con Sostenibilidad del Mosaico de Áreas de Protección Ambiental del Bajo Sur de Bahía (PDCIS), apoyado por la Fundación Odebrecht y socios públicos y privados.

Asociaciones ambientales
Buscando impulsar la generación de trabajo e ingreso, la Coopamido concreta asociaciones con hacendados de Laje y de municipios del entorno para incentivar el préstamo de sus tierras a los agricultores locales, buscando la recuperación de pastos degradados. Estos, a su vez, las utilizan para el cultivo de mandioca y entregan los tubérculos a la Cooperativa. En la industria de beneficiamiento Bahiamido, la mandioca se transforma en fécula, componente utilizado por diferentes tipos de industrias.

Para formar parte de este proceso y beneficiarse, es necesario desarrollar acciones de características ambientales, como la reforestación y la recuperación de nacientes. Además, el socio pasa a actuar como multiplicador. “No desarrollábamos ninguna práctica en favor del Medioambiente en la región. Con la instalación de Coopamido, pasamos a encarar este hecho como un compromiso y a replicar los conocimientos a los productores rurales en mi comunidad”, relata la cooperativista Marceli Andrade, moradora de la comunidad de Cruzeiro, en Laje.

En seis haciendas asociadas de actuación directa de Coopamido se mantienen 800 hectáreas de reserva legal, donde se recuperaron o protegieron 84 nacientes. “Queremos brindar a las personas oportunidades para desarrollar sus actividades, teniendo a las prácticas de conservación como referencia. Funciona como un proceso educativo y diario, cuyo objetivo son lograr cambios en la región”, señala Jairo Souza.

Según Alan Sousa, responsable del pilar ambiental de la Cooperativa, la conservación contribuye para que las áreas de plantío de mandioca se aprovechen mejor. “El bosque que rodea los cultivos alberga a los enemigos naturales de las plagas y disminuye el riesgo de transmisión de enfermedades. Las plantaciones se orientan a partir de prácticas que colaboran con el aumento del flujo de las nacientes”, destaca.

Para aplicar los conocimientos y actuar según las leyes, Coopamido contó con el apoyo del Instituto Brasileño de Medioambiente y de Recursos Naturales Renovables (IBAMA), del Ministerio Público del Estado de Bahía (con representación en el municipio de Santo Antônio de Jesus) y de la Universidad Federal del Recôncavo de Bahía.

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